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Investigación

Palabra hastag Me Too

Redes sociales, feminismo y violencia de género. El movimiento “ME TOO”

Mario Sánchez Fernández

1. Introducción

Hace algunos años, aquellas personas que querían participar en la lucha contra el sexismo tenían pocas vías para poder hacerlo fácilmente de manera pública. Las redes sociales fueron las causantes de la democratización del activismo feminista, facilitando los diálogos y creando plataformas para el concierto, el cambio y el deseo de lucha y denuncia. El movimiento “Me Too” ya existía antes de la aparición de las redes sociales pero ha sido el primer reflejo de esta interactuación a nivel global, se han utilizado las redes sociales como nuevo medio de acción y denuncia para la consecución de sus objetivos y esto ha generado, a su vez, resultados positivos y negativos, desconocidos hasta ese momento.
Este hecho se puso de manifiesto a niveles desconocidos, hasta ese momento, a raíz de las acusaciones en contra del productor de Hollywood Harvey Weinstein, que en 2017 efectuó la actriz Alyssa Milano, alentando a todas aquellas mujeres que hubiesen sido acosadas a compartir en Twitter sus historias usando el hashtag “Me Too”.
Mucho antes, en 2006, Tarana Burke (activista y trabajadora juvenil neoyorquina) había creado JustBeInc, asociación dedicada a la atención para niñas y adolescentes negras que han sufrido violencia sexual. Como parte de esta iniciativa surgió el movimiento “Me Too” (Yo También) que pretendía utilizar esa frase para sensibilizar sobre el alcance de los casos de abuso y acoso sexual y como apoyo a las víctimas.

El trabajo analiza el movimiento “Me Too”: sus orígenes, fundación, objetivos, fines y la percepción que su creadora, Tarana Burke, ha mostrado respecto a la irrupción de las redes sociales. Las consecuencias generadas por la acción de las redes sociales como forma de denuncia ponen de relieve la evolución del movimiento, su estado actual y las repercusiones que socialmente se han generado ante la irrupción de hecho hasta ese momento desconocido.

Estos dos movimientos expuestos en momentos y por motivos distintos y que de alguna manera se han visto fusionados, tienen un fin común: el apoyo al colectivo que ha sufrido y sufre de una forma u otra una agresión o abuso sexual.

 

2. Metodología

 

La metodología del trabajo se ha desarrollado utilizando exclusivamente artículos publicados en periódicos y revistas on-line, tanto españoles como de habla inglesa. Para ello se ha partido de la búsqueda mediante palabras claves: Me Too, acoso sexual, redes sociales, abusos sexuales, Weinstein, Tarana Burke (Google, Google Académico y Dialnet). Finalmente, de entre los más de 50 artículos estudiados, se seleccionaron 25 que trataban aspectos variados del “movimiento”.
En el desarrollo del trabajo se plantearon diferentes categorías de enfoque para su estudio (9) de modo que con el resultado obtenido en cada categoría, a partir de los textos analizados, obtuviésemos el análisis de conjunto pretendido sobre el objeto del trabajo:

  1. Me Too movimiento / Tarana Burke.
  2. Magnitud del problema del acoso sexual.
  3. Denuncia pública de las agresiones sufridas.
  4. Hombres y poder.
  5. Quejas raciales y de status.  
  6. Aspectos negativos.
  7. Desvío del problema principal.  
  8. Repercusión nacional en EE.UU. y a nivel mundial (política, empresas).
  9. Hashtag de Me Too.
Tabla Articulos

Partiendo de los elementos delimitados en cada categoría del trabajo el resultado pone de manifiesto los aspectos más relevantes de cada categoría, obteniendo una visión de conjunto sobre el objeto del trabajo:

3. Redes Sociales y Feminismo. Me Too y Tarana Burke.

La interacción que ha surgido entre feminismo y redes sociales ha supuesto la globalización del movimiento, su expansión y la ocupación de un espacio social antes limitado.
Según Navarro (2018), el feminismo está viviendo un momento de éxito político, se ha extendido a todos los continentes y se han establecido luchas activas contra las prácticas patriarcales.
Y como señala Queimaliños (2018), la búsqueda de la palabra “feminismo” se han incrementado en más del 70% en 2017, y ese mismo año fue declarada “palabra del año”.
En los últimos años las redes sociales han ayudado a globalizar el feminismo, se han creado plataformas como HarassMap, #YesAllWomen para ayudar a las mujeres a compartir experiencias de violencia sexual o a crear campañas como #MyDressMyChoice  que comenzó tras la agresión de una joven en Nairobi por utilizar minifalda o #BringBackOurGirls lanzada después del secuestro de más de 300 niñas en Chibok, Nigeria.
Uno de los hitos en esta utilización de las redes sociales fue el movimiento Me Too. El movimiento ME TOO y el hashtag #MeToo parten de iniciativas muy diferentes, pero con un nexo común, los abusos sexuales, y ahora han confluido y no se pude hablar de uno sin mencionar al otro.
El origen de esta interacción surge cuando la actriz Alyssa Milano escribió en Twitter al enterase de la iniciativa de Tarana Burke bajo el lema Me Too: “La historia del origen es igual de desgarradora e inspiradora” (Guerra, 2017)
Así, cuando analizamos los artículos acerca del origen y propósito del movimiento y de su creadora (Tarana Burke),  Guerra (2017), Font (2017), Constante (2018), Mc Donough K (2018) y, Peirón (2018), resaltan la  revalorización del trabajo realizado a nivel local (Philadelfia) antes de ser conocido a nivel mundial, el trabajo desarrollado con las jóvenes de raza negra más desfavorecidas y su comienzo en la  asociación Just Be Inc., que ha crecido de manera exponencial y se ve reflejado en las acciones sociales que realiza en diferentes lugares de E.E.U.U. Y enfatizan que su lucha no ha cambiado (con la aparición de las redes sociales) puesto que no es algo “puntual” sino un trabajo de lucha vital.
En este sentido Tarana Burke: “Empezó como un movimiento comunitario para conectar con jóvenes de color que habían sufrido acoso sexual en mi comunidad, intentando encontrar la forma de empatizar y crear confianza con estas chicas que nunca habían hablado de sus experiencias de violencia sexual”. (Font, 2017)
Y respecto de su futuro la propia Tarana Burke manifiesta: “Está más allá de un hashtag. Es el comienzo de una conversación más amplia y un movimiento para la curación radical de la comunidad. Únete a nosotros. #MeToo”. (Citado en Ohlheiser, 2017)

4. Las Redes Sociales y la magnitud del problema.

Como escribió la actriz Alyssa Milano: “Si todas las mujeres que han sido acosadas o agredidas sexualmente escribieran “Yo también” como estado, podríamos dar a todas las personas una idea de la magnitud del problema”. (Citado en Moore, 2017).
 Los datos sobre el problema son elocuentes:

En el Informe Estatal 2010-2012 de la Sociedad Nacional Íntima y de Violencia Sexual publicado en 2017, en los Estados Unidos, aproximadamente una de cada tres mujeres ha experimentado algún tipo de violencia sexual por contacto, que incluye violaciones, coerción sexual, contacto sexual no deseado pero solo el 22.9 por ciento de las violaciones o agresiones sexuales fueron denunciadas a la policía. (Constante, 2018)

Estos datos, aunque conocidos, adquieren conciencia social a partir de la aparición en las redes de las denuncias, “cuando el hashtag se convirtió rápidamente en un grito de guerra para cientos de miles de personas, mujeres y hombres que han sido agredidos sexualmente y nos da una idea de cómo está extendida de forma endémica y generalizada la violencia sexual. (Schmidt, 2017;  Wittes- Schlack 2017).
Es tal la gravedad que “Time”, eligió como “persona del año” a aquella gente que rompió el silencio y contó sus duras historias. (Diez, 2017; Navarro, 2018)
A nivel mundial los datos de denuncias son igual de elocuentes: una de cada tres mujeres son víctimas de cualquier tipo de acoso sexual; en EEUU el 83% de las adolescentes se enfrentan a algún tipo de asalto sexual en la escuela, en la Unión Europea el 40-50% de las mujeres experimentaron violencia sexual o contactos físicos no deseados, y el 40% de las mujeres de los países de Asia y el Pacífico informaron sobre diferentes formas de hostigamiento: verbal, físico y sexual. (Bhattacharyya, 2018; O´Neil et al, 2018)

Y al conocimiento del problema, a su calado, ha contribuido la denuncia pública a través de las rede sociales, según afirma Navarro (2018):
 

El movimiento tomaba mucha fuerza gracias a su visibilidad en grandes eventos como la ceremonia de los Oscars y los Globos de Oro, pero también en los medios de comunicación, redes sociales e incluso en la propia calle. A través de sus cuentas, cientos de mujeres se alzaban contra el silencio y los que habían sido sus agresores.

5. Las víctimas

La situación en la que quedan las víctimas de abusos sexuales es analizada a través de las consecuencias que se generan con su denuncia pública. No todas las víctimas están en la misma situación para poder soportar las consecuencias de su denuncia y no todas están preparadas para efectuarla.  
Por un lado, al hacer públicas sus denuncias las víctimas se dan cuenta de que no están solas, se liberan, salen de la vergüenza y se crea un ambiente de solidaridad entre todas aquellas personas. La ayuda que necesitaban muchas víctimas para dar ese ese paso a la denuncia lo consiguió la aparición de otras en redes sociales y el apoyo que se generaba: “Las mujeres de Hollywood rompieron el hielo a través de este hashtag, lo que permitió que muchas personas contaran sus experiencias personales, abusos en los lugares de trabajo, en sus casas con familiares e incluso durante la adolescencia”. (Constante, 2018; Schmidt, 2017).
Pero no todas las víctimas están aún preparadas para afrontarlo y tampoco para asumir lo que pasará después de su denuncia: “Cuando vi las publicaciones por primera vez, también me sentí emocionada y con poder, pero cuanto más me imaginaba participando, más me sentía como si estuviera cayendo en un agujero sin fin. ¿Qué pasaría si la gente hiciera preguntas?”. (La Motte, 2017).
Y por otro lado, hay víctimas que por su raza, status social, religión, etc., no están en libertad para denunciar. En este sentido, Farah Tanis cofundadora de la organización Black Women's Blueprint (BWB) para el empoderamiento de mujeres negras:

No se trata solo de las circunstancias sociales, sino también de los códigos de lealtad, también de las expectativas en torno a lo que significa ser una mujer negra y de mantener la boca cerrada ante el asalto sexual cuando se trata de nuestros propios hermanos, nuestros propios padres y abuelos”; expresiones y pensamientos como: “Voy a causar una tragedia. Voy a separar a mi familia y el temor de eso podría ser mucho más grande que mi necesidad de obtener apoyo para lo que sea que me haya pasado. (Citado en Constante, 2018).

6. El poder y el abuso


La denuncia masiva en redes sociales también ha servido para evidenciar el sustrato que esconde el abuso sexual: el poder (socialmente admitido) que mantiene el hombre sobre la mujer como reflejo de una superioridad construida durante siglos: “Porque el abuso rara vez se trata de sexo. El sexo es incidental. El abuso tiene que ver con el poder. Y el poder protege el poder”. (Gerson, 2017)
El abuso no se reduce a hombres famosos (productores, actores, políticos, etc.) sino a hombres comunes, en cualquier país, en cualquier cultura que, implícitamente, admita la superioridad y sumisión respectiva del hombre y de la mujer (ascendientes sobre descendientes, profesores sobre alumnos, jefes sobre empleados, entrenador sobre deportista, etc.): “Sigue diciendo "yo también" porque no estamos luchando contra un hombre aquí, sino contra un sistema que solo puede ser desafiado por la rabia colectiva, no por la vergüenza individual”. (Moore, 2017).
Como declara Tarana Burke: ”Vivimos en una sociedad en la que los hombres condicionan a las mujeres haciéndonos pensar que somos de su propiedad o que debemos someternos a su voluntad, y las mujeres son educadas socialmente para aceptarlo”. “Cualquier persona es susceptible de sufrir abusos porque es una cuestión de dinámicas de poder”. (Font, 2017)

7. Discriminaciones presentes

En palabras de la magistrada del Tribunal Supremo de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg en febrero de 2018 en el National Constitucion Center de Filadelfia:

El número de mujeres que han dado el paso como resultado del #MeToo es asombroso. Mi esperanza no es sólo que esté aquí para quedarse, sino que sea tan efectivo para la mujer que trabaja de limpiadora en un hotel como para la estrella de cine. (Citado en Peirón, 2018).

Algunas defensoras de las mujeres en EEUU, sobre todo de las clases más desfavorecidas, como Maritza Reyes (directora del programa de agresión sexual en Mujeres. Latinas en Acción MLA), Farah Tanis, (fundadora de la organización sin ánimo de lucro Black Women's Blueprint BWB), o la propia Tarana Burke “denuncian la discriminación racial y de status por el origen de la víctima”. (Constante, 2018; Font, 2017)
Las denuncian parece que solo se ha vuelto importante cuando ha afectado a mujeres blancas y famosas, cuando las mujeres latinas y negras suponen un mayor porcentaje de abusos. Para Maritza Reyes:

La violencia sexual ha sido algo que ha existido desde siempre y tomó algo como esto donde las mujeres privilegiadas y las mujeres caucásicas fueron victimizadas, y es algo así como, 'Ahora es un problema'. Pensamos, 'No, esto siempre ha sido un problema', pero solo afectó a mujeres de clase baja, mujeres indocumentadas, mujeres de color. (Citado en Constante, 2018)

8. Consecuencias negativas

Los artículos que analizan las consecuencias del devenir del movimiento, Wittes- Schlack (2017), Valenti   (2017) y Gerson (2017), extraen una consecuencia común: la preocupación generalizada de que todo este revuelo tras el Me Too se esfume. Es verdad que en su momento saltaron las alarmas y la conciencia social parece estar cambiando, pero se pide más, que la revolución que comenzó a finales del 2016 no sea solo un producto comercial de protesta, una bomba que estalló en su momento; el problema a nivel general no se solucionará si no hay más compromisos de castigo para los acosadores, si no hay consecuencias sociales duraderas.
Esta consecuencia depende de la repuesta social a la situación, según afirma Gerson (2017):

Entonces, con respeto, estoy cansado de escuchar "Me Too". Es hora de escuchar "Suficiente". Quiero escuchar a buenas personas que se han cansado de ver a sus colegas y amigos sufrir abusos. Ya he tenido suficiente de ver este tipo de cosas canalizadas en comedia negra y chismes. Cuando vea menos "Yo también" y más "Lo siento" y "Estoy deteniendo esto", eso será el signo de una cultura que está lista para mejorar.

Por otro lado, la peor consecuencia ha venido de la reacción que estas denuncias públicas han generado en algunos de los responsables de atajar la situación (políticos, empresarios): evitar el  problema en lugar de afrontarlo.
Los datos reflejan esta tendencia,

Employment Law Alliance publicó una encuesta el pasado marzo sobre el impacto del movimiento #MeToo y encontró que el 23% de los 382 encuestados indicaron que era algo común que los gerentes se negaran a viajar, cenar o reunirse solos a puerta cerrada con colegas del sexo opuesto. (Berberana, 2018)

El mayor exponente de esta tendencia, y que le da nombre, ha sido el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, como manifiesta Katty Kay, de la BBC: “Esto se conoce como “la regla Pence”, llamada así por el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, quien confesó que no se reúne ni cena a solas con colegas femeninas para evitar cualquier situación equívoca” (Citado en Diez, 2017).

 

9. Conclusiones

Del inicial propósito de apoyo a las víctimas de abusos, mediante un mensaje de solidaridad (te escucho) y empatía (sé cómo te sientes porque yo también lo he padecido), el movimiento Me Too se ha transformado en un movimiento de denuncia contra todo el sistema de dominio machista dentro de cualquier ámbito: social, laboral, educativo, legislativo, etc.
La configuración de las redes sociales como elemento transversal de comunicación social ha dado lugar precisamente a esa evolución permanente del movimiento, que se ha visto unido sin solución de continuidad al de aquellas. Los logros serían impensables sin su intermediación: repercusión, amplificación y extensión, poniendo en evidencia la magnitud de cómo son el abuso y el acoso sistémicos.
El auge del movimiento, a partir de las denuncias en redes sociales por mujeres famosas contra hombres famosos, ha generado la crítica en comparación a su repercusión cuando la denuncia no es efectuada por mujeres famosa y blancas, lo que ha puesto de relieve otras discriminaciones existentes, destacándose el interrogante sobre la banalización que parece instalarse al utilizar MeToo de manera recurrente con la consiguiente indiferencia y cansancio que conlleva, nuevamente, la relativización del problema. Y en esa misma dirección, se convierte, por paradójico que parezca, en un problema a evitar no en un problema a resolver (regla Pence).

 

Referencias

Berberana, E. (13 de octubre de  2018). Un año después del #Metoo: los empresarios dejan de contratar a mujeres por miedo. Libertad digital. 2018. Disponible en:  https://www.libremercado.com/2018-10-13/un-ano-despues-del-metoo-los-empresarios-dejan-de-contratar-a-mujeres-por-miedo-1276626398/

Bhattacharyya, R.(2018). # Metoo Movement: An Awareness. Campaign. International Journal of Innovation, Creativity and Change.2018. Volume 3, Issue 4, March.

Constante, A. (28 de enero de 2018 ). Hollywood is having a #MeToo moment. Women of color have fought this battle for decades. News 2018. Disponible en: https://www.nbcnews.com/news/us-news/hollywood-having-metoo-moment-women-color-have-fought-battle-decades-n841121?icid=related

Díez, B. (7 de diciembre de 2017). Cómo una campaña como #MeToo puede volverse en contra de las mujeres. BBC mundo. 2017. Disponible en:https://www.bbc.com/mundo/noticias-42232405

Font, S. (17 de diciembre de 2017). Entrevista Tarana Burk. El diario.es .2017. Disponible en:      https://www.eldiario.es/cultura/feminismo/esencia-me_too-celebrities_0_716728725.html

Gerson, J. (17 de octubre  de 2017). I mean no disrespect when I say that I have a problem with #MeToo. National Post 2017.  Disponible en: https://nationalpost.com/opinion/jen-gerson-the-problem-with-metoo-it-holds-the-wrong-people-responsible-for-sex-assault

Guerra, C. (17 de octubre de 2017). Where’d the #MeToo initiative really come from? Activist Tarana Burke, long before hashtags. The Boston Glove. 2017. Disponible en: https://web.archive.org/web/20171017232531/https://www.bostonglobe.com/lifestyle/2017/10/17/alyssa-milano-credits-activist-tarana-burke-with-founding-metoo-movement-years-ago/o2Jv29v6ljObkKPTPB9KGP/story.html  

Khomami, N.  (20 de octubre de 2017). #MeToo: how a hashtag became a rallying cry against sexual harassment. The Guardian .2017. Disponible en:   https://web.archive.org/web/20171121021556/https://www.theguardian.com/world/2017/oct/20/women-worldwide-use-hashtag-metoo-against-sexual-harassment

La Motte, S.(19 de octubre de 2017). For some, #MeToo sexual assault stories trigger trauma not empowerment. CNN.2017. Disponible en: https://web.archive.org/web/20171019201147/http://www.cnn.com/2017/10/19/health/me-too-sexual-assault-stories-trigger-trauma/index.html

Mc Donough, K. (10 de septiembre de 2018). Tarana Burke on Me Too, 12 Years and 1 Year Later: 'Keep Your Head Down, Keep Moving Forward'. Jezebel .2018. Disponible en: https://jezebel.com/tarana-burke-on-me-too-12-years-and-1-year-later-keep-1829587201

Moore, S. (16 de octubre de 2017). It’s not just one monster. ‘Me too’ reveals the ubiquity of sexual assault. The guardian. 2017. Disponible en: https://web.archive.org/web/20171120155220/https://www.theguardian.com/commentisfree/2017/oct/16/harvey-weinstein-women-sexual-assault-me-too

Navarro, PA. (8 de febrero de 2018).  La revolución feminista se reinventa.Las reivindicaciones de las mujeres, más visibles que nunca .El siglo de Europa.2018. ISSN 2254-9234,1267. Disponible en:        http://www.elsiglodeuropa.es/siglo/historico/2018/1267/Index%20Aniversario%20Tema%201.html
 

Ohlheiser, A. (19 de octubre de 2017). The woman behind ‘Me Too’ knew the power of the phrase when she created it — 10 years ago. Washington Post .2017. Disponible en: https://web.archive.org/web/20171019201825/https://www.washingtonpost.com/news/the-intersect/wp/2017/10/19/the-woman-behind-me-too-knew-the-power-of-the-phrase-when-she-created-it-10-years-ago/?utm_term=.1a538f7044ab

Peirón, F. (21 de octubre de 2018). Diecinueve millones de #MeToo. La Vanguardia. 2018. Disponible en:https://www.lavanguardia.com/vida/20181021/452453646870/metoo-aniversario-acoso-sexual-criticas-casos.html

Queimaliños, R. (de 19 octubre de 2018).  #MeToo: jaque global al machismo. El periódico 2018. Disponible en:https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20180217/metoo-jaque-global-al-machismo-6631142

Schmidt, S. (16 de octubre de 2017).  #MeToo: Harvey Weinstein case moves thousands to tell their own stories of abuse,break silence. The Wasington Post.2017. Disponible en:  https://web.archive.org/web/20171016112800/https://www.washingtonpost.com/news/morning-mix/wp/2017/10/16/me-too-alyssa-milano-urged-assault-victims-to-tweet-in-solidarity-the-response-was-massive

Wittes- Schlack, J. (18 de octubre de 2018). #MeToo Flared But Won't Endure. Cognoscenti. 2017. Disponible en: https://web.archive.org/web/20171019112446/http://www.wbur.org/cognoscenti/2017/10/18/metoo-flared-but-wont-endure-julie-wittes-schlack

 

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